Tanto la Agencia Espacial Europea como la NASA están oficialmente pensando en una misión tripulada a Marte para la década del 2030. Sin embargo, estas posibles misiones espaciales están aún muy lejos del sueño de viajar a otro sistema solar como Alfa Centauri, donde se encuentra el exoplaneta conocido más cercano a nosotros.
Una nave que pudiera llevarnos hasta las estrellas en tiempo razonable tendría que ser masiva y montarse directamente en el espacio, seguramente con materiales extraídos de asteroides y de la misma Luna, pues el coste de llevarlos desde la superficie terrestre sería demasiado grande a menos que dispusiéramos de un ascensor espacial.
Si consiguiéramos dotar a una nave así de una aceleración suficiente y sostenida en el tiempo, podríamos llegar en pocos años a otros sistemas solares gracias al fenómeno de la dilatación temporal, como muestra el siguiente video:
Propulsión Newtoniana
Todos los sistemas actuales de propulsión espacial se basan en la Tercera Ley de Newton o ley de acción-reacción. Debido a la conservación del momento (producto de la masa por la velocidad), cuando un cohete expulsa a gran velocidad los gases u otro material de propulsión el cuerpo del cohete se mueve en dirección opuesta.
Este interesante documental describe cómo a partir de este sencillo principio se produjo históricamente el desarrollo de los cohetes espaciales:
La ventaja de los motores cohetes convencionales es que consiguen una gran potencia, pero a costa de consumir una cantidad enorme de combustible. Como el cohete debe llevar consigo estos materiales propelentes (oxígeno e hidrógeno líquido, por ejemplo) su peso aumenta muchísimo, y por tanto requiere todavía más combustible para acelerar su masa.
Un sistema alternativo ya utilizado en algunas sondas espaciales consiste en acelerar pequeñas cantidades de materia a una velocidad muy alta. La materia que permite la propulsión puede ser iones o plasma (átomos con carga eléctrica) acelerados por poderosos cambios electromagnéticos alimentados por un sistema de combustible nuclear.
Además, tendríamos que producir con antelación toda la antimateria necesaria para el viaje, fabricándola en alguna instalación donde dispusiéramos de las poderosas fuentes de energía que hacen falta para ello.
En el siguiente vídeo se muestra un hipotético viaje de seis años utilizando un motor de antimateria hasta la luna Pandora (que aparece en Avatar), suponiéndola situada en el sistema de Alfa Centauri:
Este es un diseño para el proyecto Daedalus:
Sistemas sin combustible
El problema de muchos de estos sistemas de propulsión es la necesidad de llevar y reponer combustible y fuentes de energía para los largos viajes.
Una alternativa es el uso de grandes velas impulsadas por la radiación solar o por lásers apuntados desde la Luna u otro cuerpo celeste. Estos sistemas pueden ser formas efectivas de propulsión en el sistema solar interior, pero no son útiles para el viaje interestelar, ya que la efectividad de la radiación solar o el impulso láser se pierde con la distancia.
Y la NASA ha realizado pruebas reales para su despliegue en el espacio:
Este mismo año 2014 está previsto el lanzamiento de la misión Sunjammer, que probará de forma efectiva la utilidad de una vela solar para diferentes misiones dentro del sistema (gracias a Fran por la referencia, ver su comentario debajo de la entrada).
Una idea a priori muy interesante para el viaje interestelar es la del ramjet propuesto en los 60 por el físico Robert Bussard. Esta nave generaría grandes campos magnéticos que le permitirían recoger el hidrógeno disponible en el espacio interestelar, para ser utilizado como combustible.
Aquí tenemos al maestro Carl Sagan describiendo las naves Orion y Ramjet en la serie Cosmos original:
Desafortunadamente, parece que la cantidad de hidrógeno en el espacio interestelar podría no ser suficiente para el funcionamiento práctico del Ramjet, y la intensidad de los campos magnéticos insuficiente cuando se alcanzaran grandes velocidades.
Una idea más moderna para la propulsión sin combustible mezcla ideas de la relatividad y la cuántica para ir más allá de la ley de acción-reacción (de hecho, los escépticos afirman que es imposible porque violaría esta ley, la de conservación del momento lineal). El propulsor electromagnético o EM-drive usa un sistema de microondas que interactúan con el vacío cuántico. Se encuentra actualmente en fase de comprobación experimental y de confirmarse sus principios supondría una verdadera revolución en la propulsión espacial.
Propulsión 'relativista'
A los escritores de ciencia ficción y soñadores de todos los pelajes no les han detenido nunca las limitaciones de la tecnología actual, ni siquiera el límite para la velocidad impuesto por la Teoría de la Relatividad.
Se ha comprobado que la presencia de una masa, y por tanto de una fuerza gravitatoria, corresponde a una curvatura del espacio-tiempo. En ese sentido decimos que un planeta crea un 'pozo de gravedad', y que un agujero negro sería como un 'pozo sin fondo'.
Hemos visto ya que esta deformación podría llevar a la creación de agujeros de gusano que comunicaran con 'túneles' diferentes lugares del espacio-tiempo. Sin embargo los agujeros serían muy difíciles de generar y controlar, y estarían ligados a grandes instalaciones en el espacio, a las cuales habría que viajar por medios convencionales.
Los agujeros de gusano no nos ofrecerían la libertad de viajar a donde quisiéramos, sino dentro de una red de transporte costosa de construir.
Una variante de esta idea es el tubo de Krasnikov, una especie de agujero de gusano que actúa como atajo solamente en la dimensión tiempo. La nave tendría que recorrer la distancia de forma convencional en el espacio, pero dejaría un tubo abierto que le permitiría regresar en el mismo instante de su salida.
Basándose en esta idea, el físico Robert L. Forward (también un reconocido autor de ciencia-ficción hard) propuso en los años 70 el motor diametral (diametrical drive), que básicamente utilizaría una combinación de masas negativa y positiva para mover la nave.
Además de aproximarse bastante al motor 'warp' utilizado por las naves de la serie Star Trek para el viaje más rápido que la luz, la idea de Alcubierre ha sido tomada tan en serio como para merecer un programa de investigación por parte de NASA.
El mismo Alcubierre explica en detalle los fundamentos de su motor en esta excelente conferencia (ver a partir del minuto 37):
Para terminar, estos dos vídeos nos ofrecen un resumen de los problemas y posibilidades consideradas para el viaje interestelar:
Aunque lo cierto es que alguno de estos hipotéticos medios de propulsión ha sido ya utilizado en la realidad. Por los OVNIS que nos han visitado, claro :-)
Por supuesto, nada de esto es un problema en los universos imaginarios de la ciencia-ficción. En la siguiente imagen (pinchar para verla en grande) podéis ver un muestrario de las mayores naves imaginadas en películas, series y videojuegos, que utilizan fantásticos medios de propulsión para surcar la galaxia:
En cualquier caso, conseguir un avance significativo en los sistemas de propulsión útiles para el viaje interestelar va a requerir descifrar los mecanismos cuánticos de la gravedad y la energía oscura.
¡Feliz propulsión!
Salvador
Lástima, ardía en deseos de ver las estrellas sometidas al imperio del hombre, y la historia multiplicada exponencialmente dando lugar a enciclopedias galácticas y nuevas ciencias como la psicohistoria....
ResponderEliminarTodo llegará. Aún tenemos unos cuantos millones de años antes de que el Sol nos convierta en barbacoa :-)
Eliminar...es un....consuelo?
ResponderEliminarEstos días he empezado a leer un libro que compré hace tiempo en segunda mano: "La ciencia en la ciencia ficción" de Peter Nichols. Nunca he sido muy aficionado al género pero la verdad es que su lectura me está resultando apasionante. Tanto, que llevaba ya un buen rato buceando en la red, buscando ampliar (o actualizar: se trata de un texto del 1991) lo que allí se cuenta sobre los viajes espaciales... Así es como he llegado a esta completísima entrada y a su estupendo blog.
ResponderEliminarPor cierto, acabo de enterarme de que la NASA, no es que haya hecho pruebas con velas solares, es que ya tiene una misión en marcha!!!
http://www.sunjammermission.com/
Un saludo.
Fran.
¡Muchas gracias por la referencia y por tu interés en el blog, Fran! Yo también me muevo en ese terreno a veces indefinido entre la ciencia y la ficción, y es fascinante ver las relaciones y conexiones entre ambas.
EliminarHe añadido la referencia a Sunjammer en el texto de la entrada. ¡Gracias por contribuir!
Un saludo,
Salvador