Muchas veces los proyectos nacen de una idea sencilla que se complica, un concepto que se independiza y evoluciona por su cuenta, más allá de las intenciones originales del autor.
En el caso de "La ciudad de las esferas" todo comenzó al pensar en el concepto de Tierra Media y cómo podría tomar forma de una manera diferente.
El universo en tres partes
Desde hace mucho tiempo, en diferentes culturas, ha resultado natural dividir el mundo en tres niveles: la superficie de la Tierra donde vivimos los humanos (el conocimiento de que la Tierra es esférica es reciente en términos históricos), aquello que se sitúa por encima de la Tierra (incluyendo el Sol, la Luna y otros objetos visibles en el cielo nocturno) y lo que existe por debajo (conocido sólo a través de la exploración de las cuevas y la experiencia del magma volcánico).
Supongo que a nuestros antepasados les resultaba también intuitivo asociar la morada de los dioses a la parte superior (de donde provienen la luz, la lluvia, los rayos, las estrellas fugaces, cometas y otros fenómenos), y recluir a los seres malignos en la oscuridad y el calor que reina bajo la tierra, donde habrían sido exiliados como castigo o por morar allí como señores del averno.
Los antiguos griegos, por ejemplo, asignaron a los cielos el dominio de Zeus y sus dioses olímpicos, mientras el submundo era el hogar de Hades, que reinaba sobre los muertos y otros seres bastante desagradables.
Desde este punto de vista, el significado de 'Tierra Media' es claro: significa 'el mundo intermedio' donde viven los humanos, y esta acepción es la que se mantiene en la mitología de Tolkien.
Círculos dentro de otros círculos
Con el modelo ptolemaico del universo, aceptado hasta Copérnico (aunque la esfericidad de la Tierra tardó en ser aceptada totalmente), el mundo celeste se complicó con multitud de esferas donde giraban las estrellas, los planetas, el Sol y la Luna. La Tierra sigue 'en medio' del universo, en una posición central. El esquema Arriba-Abajo pasa a ser un esquema Fuera-Dentro.
Dante, con su Divina Comedia, dará una vuelta de tuerca a esta construcción, introduciendo los círculos concéntricos en la propia estructura del Purgatorio, el Paraíso (en el mundo celeste) y el Infierno (bajo la superficie de la Tierra).
Esta concepción 'vertical' de los tres mundos aparece representada en multitud de obras pictóricas de la tradición cristiana, con la Trinidad en la parte superior, el mundo humano en medio y los infiernos llenos de sufrientes pecadores y demonios en la parte inferior:
Una mitología de infinitos mundos y ciclos
Quizás la cosmología más compleja y bella es la de la tradición Hindú, reflejada en los textos Védicos. Aquí aparece una multiplicidad de universos, con ciclos dentro de ciclos en el espacio y del tiempo (pulsa para ampliar esta fantástica imagen).
En la parte inferior del diagrama vemos que dentro de la estructura de nuestro universo particular sigue apareciendo la Tierra en una posición intermedia, con planetas superiores e inferiores, pero no existe un cielo ni un infierno en este esquema.
La cosmología nórdica: Midgard
Las raíces del concepto de Tierra Media utilizado por Tolkien se encuentran, sin embargo, en la mitología nórdica-escandinava, la de los Vikingos y otros pobladores ancestrales del norte de Europa.
En esta mitología, el mundo habitado por los humanos (la Tierra Media o Midgard) está situado en el nivel central del Árbol universal llamado Yggdrasil, quedando el mundo de los dioses (Asgard) situado 'encima' y otros mundos habitados por diferentes seres, incluyendo el mundo de los muertos, se encuentran 'debajo'. El Arco Iris actúa como puente o vía de comunicación entre los diferentes niveles.
La Tierra Media de Tolkien
Como profesor de lenguas anglo-sajonas y estudioso del mito de Beowulf y las narraciones nórdicas, J.R.R. Tolkien estaba muy familiarizado con esta mitología y el concepto de Tierra Media como 'mundo de los hombres'. Él adoptó el mismo significado cuando compuso su propia mitología, de la que forman parte 'El hobbit', 'El señor de los anillos' y otras muchas narraciones, y cuya visión más completa se compiló póstumamente en El Silmarillion, obra épica inacabada que abarca las tres eras de la historia tolkieniana.
Pero al adoptar este concepto clásico, Tolkien lo transformó de varias formas. Una de ellas fue situar los tres ámbitos en el mismo plano, en un mundo que imaginó como nuestra Tierra en una época anterior. El eje de transición entre los ámbitos pasó a ser Este-Oeste en lugar de Abajo-Arriba. Así, el reino donde moran los seres inmortales se encuentra al Oeste, más allá del sol poniente tal como es visto por los habitantes de la Tierra Media. En los inicios de la historia, este reino estuvo conectado con el continente de la Tierra Media, o existió un continente-isla intermedio (Númenor) donde se experimentó la posibilidad de que los hombres aún cercanos a la inmortalidad desarrollaran una civilización más elevada, como era la de los elfos, pero este esfuerzo fracasó con la destrucción de Númenor y la separación clara entre los dos ámbitos.
En esta concepción, el mal se sitúa siempre hacia el este, como Mordor en El Señor de los Anillos, o los obstáculos que encuentra Bilbo en El Hobbit, en su camino hacia la Montaña Solitaria situada hacia el oriente.
El otro aspecto interesante es que el esquema es dinámico, se produce una separación progresiva de los ámbitos 'humano' y 'divino', completándose al final de "El señor de los anillos" con la huida de los elfos que aún vivían en la Tierra Media. Se marchan hacia el oeste para ir a las tierras inmortales (o, si se quiere, al Paraíso) junto a Gandalf y Frodo, portadores de los Anillos e instrumentos en la lucha contra el Mal.
El siguiente mapa es una reconstrucción de este concepto geográfico-mitológico. No debe interpretarse literalmente, pues, como se ha apuntado, la geografía cambia con el transcurso de las edades de la mitología tolkieniana (pulsar sobre el mapa para ampliar).
Este mapa (pulsa para ampliar) reconstruye con más detalle el continente donde se encuentra la Tierra Media tal como aparece en El Hobbit y El Señor de los Anillos junto a otras zonas más al sur y al este descritas en las historias.
Vikatee, la Ciudad Media
El concepto que buscaba fue el de un 'mundo intermedio' que no se encontrara en la superficie de un planeta, sino flotando eternamente por encima. Para los habitantes de esta 'ciudad flotante', el 'mundo celestial' sería aún más obvio que para nosotros, pues tendrían una vista ininterrumpida y clara del firmamento.
Imaginé también qué pasaría si la superficie del planeta sobre el que volaba la ciudad fuera invisible para sus habitantes, por estar siempre cubierta de una impenetrable capa de nubes. Quizás habrían desarrollado una mitología propia, en la que el Infierno estaba situado allá abajo, tras la opaca y misteriosa cortina de unas nubes eternas. Es decir, el mundo de la superficie que nosotros habitamos ocuparía para ellos el lugar del Infierno. De alguna manera, le di la vuelta a la idea de Philip K. Dick de que nuestro mundo podría ser el Paraíso de una raza alienígena.
Por supuesto, esa ciudad flotante tuvo que tener unos "constructores", que también figuraban en la mitología de sus habitantes. A partir de ahí se abrió la caja de Pandora de la historia, alejándose de su punto de partida en diferentes direcciones.
Hasta la próxima,
Salvador
Como curiosidad, un proyecto para hacer un mapa de elevación de la Tierra Media de Tolkien: http://io9.com/what-would-middle-earth-look-like-from-space-1519194883
ResponderEliminar