Sirva esta entrada de prólogo a la presentación de "La ciudad de las esferas", un poco de historia gráfica sobre mí, si me lo permitís.
Tras volver a la escritura después de muchos años, también quería dibujar de nuevo y ver si podía ilustrar la portada del libro. Conseguí replicar mis antiguas herramientas de trabajo: rotrings, tinta china y compás. En los siguientes posts veréis el proceso y el resultado, pero de momento daremos un salto al pasado, entre 25 y 30 años nada menos, cuando cursaba mis últimos años de instituto y mi carrera en la universidad. En paralelo y como complemento a la escritura de mis primeros relatos, me dio por dibujar.
En los dibujos de esa época era evidente mi temprana obsesión por las formas tridimensionales y la perspectiva. Como la pintura no se me daba muy bien, utilicé tinta negra para buscar el efecto de volumen.
Pensando cómo conseguir un efecto 3D más real, acabé por construir modelos utilizando triángulos de cartulina de diferente colores unidos con pegamento. En la siguiente foto podéis ver el proceso: hacía el diseño en papel cuadriculado (el software de CAD no estaba disponible para los primitivos ordenadores personales de la época) y a partir de las coordenadas de los puntos calculaba los lados de los triángulos necesarios y los dibujaba con el compás, para luego recortarlos y pegarlos.
El resultado no estaba mal, aunque después de un tiempo las figuras acababan despegándose, por lo que no conservo ninguna de ellas.
Normalmente regalaba estas 'esculturas' a mis amigos. Por suerte, al terminar la carrera de Física hice una exposición en la Casa de la Cultura de Burjassot, y conseguí reunir temporalmente algunas de las obras, así que conservo algunas fotografías. Aquí tenéis una muestra.
He dejado las fotografías en un album de Facebook. Si tengo un rato escanearé algunas más de la exposición.
Así que ahora ya sabéis cómo comenzó mi manía por todo lo tridimensional.
Saludos a tod@s,
Salvador
Lo recuerdo perfectamente.
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