Apache Libros acaba de publicar un nuevo volumen que recoge dos de mis novelas cortas, El valle de las voces y Mueran los malditos.
Si la segunda es una historia policial ambientada en un futuro donde nuestras mentes son ajustadas con más o menos sutileza por implantes cerebrales, la primera trata también de la manipulación mental, aunque por medios diferentes.
El valle de las voces es narrado en primera persona por Tashi, comandante de operaciones de campo de la UNISDR, la agencia de Naciones Unidas para la prevención y atención de desastres.
La historia comienza cuando, a bordo de su flotilla de helicópteros gobernados por IA, Tashi deja la base de la agencia en Guwahati, a orillas del río Brahmaputra, en el noreste de India.
Tras sobrevolar las zonas cultivadas del norte, los helicópteros sobrevuelan el Parque Nacional de Manas para adentrarse en territorio de Bután, que no solo es el destino de su misión, sino también el país natal de Tashi.
Inicialmente, los helicópteros descienden en Jakar, en la región central.
La vista del pueblo está dominada por la impresionante fortaleza o dzong.
En el pueblo, el equipo realiza tareas de rescate tras el terremoto que ha dañado los edificios.
Más tarde, Tashi acude a inspeccionar el monasterio de Kurjey Lhakhang, formado por tres templos alineados.
El templo más antiguo, a la derecha, conmemora la llegada del Gurú Rinpoche o Padmasambhava, fundador del budismo tibetano y apóstol de este en Bután.
Representación del Gurú Rinpoche o Padmasambhava
Estatua del Gurú Rinpoche o Padmasambhava
Entre el templo del Gurú y el siguiente hay una escalera de piedra que conduce a la entrada del santuario subterráneo.
Dentro del santuario se oculta una pequeña caverna con la huella que, según la leyenda, el Gurú dejo impresa en la roca durante la meditación previa a la batalla con el demonio Shelging Kharpo.
El demonio Shelging Kharpo representa la resistencia al budismo, y poseía al rey de la región hasta que el Gurú lo derrotó.
En la historia, el pasadizo secreto está protegido por tres budas oscuros que realizan tres gestos o mudras diferentes.
Tarjani mudra, un gesto de advertencia
En el texto se menciona a Lord Kalki, una encarnación de Vishnú, que montado en su sagrado caballo Garuda vendrá a terminar con la era de la destrucción y decadencia de Kali Yuga para comenzar un nuevo ciclo.
Os dejo con otras imágenes de Bután y el Himalaya que me inspiraron para crear los paisajes y lugares de la novela.
Dos vistas del Nido del Tigre, un famoso templo en Bután, que aparece en la portada del libro: