(See the English version of this article
here)
Mientras miraba la tercera temporada de "Twin Peaks" (TP3 para abreviar), sumergido de nuevo en el hechizo de este drama metafísico creado por David Lynch y Mark Frost, me di cuenta de que sentía el mismo desasosiego y asombro, la misma sospecha acerca de la naturaleza de la realidad, que uno siente al leer los libros de Philip K. Dick (1928-1982), el inclasificable autor de ciencia ficción. Cuanto más pensaba en ello, más similitudes encontraba entre su trabajo y el de Lynch.
ALERTA DE SPOILERS/DESTRIPES: Más abajo encontrarán detalles reveladores y peligrosos conocimientos sobre la naturaleza de los sueños y del universo.
El público en general conoce a
Philip K. Dick como autor de las historias que inspiraron películas como "Bladerunner", "Total Recall (Desafío Total)", "Minority Report", "The Adjustment Bureau (Destino Oculto)" o, recientemente, la serie "The Man in the High Castle (El Hombre en el Castillo)".
Sin embargo, si eliminamos las capas de acción y efectos especiales añadidas por la maquinaria de Hollywood, en el corazón de las historias de Dick encontramos una visión extraña, casi paranoica, de la realidad enraizada en sus experiencias personales. Los temas que trata, como intento mostrar, se corresponden en buena medida con los del universo creado por David Lynch.
El poso Jungiano
Una de las fuentes intelectuales esenciales de Dick fue el psicoanalista
Carl G. Jung (1874-1961). Jung desarrolló algunos conceptos que hoy en día son de uso común, como el
inconsciente colectivo, estructurado por
figuras arquetípicas como la Sombra, el Viejo Sabio, la dualidad Anima/Animus, etc. Para Jung, los
sueños son vehículos que usamos, por medio de los arquetipos, para acceder al conocimiento compartido del inconsciente, normalmente oculto a nuestra mente.
Más allá de las conexiones causales y el tiempo lineal utilizado por la ciencia para describir el mundo, Jung ve un ámbito de relaciones basadas en el significado, que enlaza todos los eventos que nos rodean. Esta
sincronicidad (otro concepto clave de Jung), la red conexiones no causales, no se ve afectada por las distancias en el tiempo o en el espacio. Desafía la lógica racional y deductiva.
Jung introdujo en los círculos intelectuales europeos y estadounidenses las prácticas tradicionales de la cultura asiática como una forma de acceder a la dimensión inconsciente olvidada en el mundo occidental, para activar lo que llamaba la
imaginación activa.
La
meditación era una de esas prácticas, así como la
adivinación. Fue Jung quien presentó en occidente el "I Ching", el libro utilizado por uno de los personajes de la novela de Dick "The Man in the High Castle (El Hombre en el Castillo)" (1963). Tanto este personaje como el propio Dick interpretaban versos al azar del libro para escoger cómo debía continuar la historia .
En general, Jung tenía en gran aprecio a la espiritualidad oriental. Rescató de las oscuras páginas de la historia las ideas heterodoxas del
Gnosticismo, que había existido en los márgenes de la antigua religión persa (en la forma del Maniqueísmo y otras sectas), en el Judaísmo y en los primeros cristianos.
Uno de los principios generales de la doctrina gnóstica era el
dualismo, la idea de que el bien y el mal son fuerzas igualmente poderosas en el universo. El Dios gnóstico permanece apartado del mundo humano, imposible de encontrar o conocer, dejando las tareas de creación y administración de la Tierra a una compleja jerarquía de entidades imperfectas (el Demiurgo --a veces identificado con Satán--, Sofía, los Arcontes). Estos seres tenían objetivos diferentes y podían abandonarse a la crueldad y la demencia.
El interés popular en el gnosticismo creció en occidente tras el descubrimiento en 1945 de los antiguos manuscritos de Nag Hammadi (Egipto).
En ocasiones se ha utilizado una aproximación Jungiana para desentrañar la 'lógica' tras las obras de David Lynch (por ejemplo en "The Passion of David Lynch", de Martha P. Nochimson). En realidad, no hay indicaciones claras de que David Lynch haya estudiado a Jung, como existen para el caso de Dick o de Frank Herbert (el autor de "Dune
", con quien Lynch colaboró en la adaptación cinematográfica), pero es claro que Lynch participa de muchos de los conceptos y técnicas de Jung, compartidas por las tradiciones místicas más diversas.
Los profundos y oscuros pozos de la creatividad
Lynch es un practicante muy activo de la
meditación trascendental, traída desde la India en los años cincuenta. También la promociona como un método terapéutico a través de la
David Lynch Foundation. Este tipo de meditación incluye el uso repetitivo de sonidos o mantras, y resulta obvio cuán importantes son la música y los sonidos para David, quien se involucra directamente en la creación de las bandas sonoras de sus películas y series. Por ejemplo, Lynch aparece en los créditos de TP3 como diseñador de sonido. Los ruidos rasgados, ululantes o chispeantes de la serie se convierten en personajes por derecho propio. "Escucha los sonidos", dice el Gigante/Bombero a Cooper en el episodio 1 (E1).
El papel de la meditación y el arte no es accidental o accesorio en el proceso creativo de Lynch. Él mismo explica cómo utiliza estas fuentes, así como sus sueños y visiones, como caminos para alcanzar "las llaves del reino" de nuestro yo interior, un "
gran océano de pura y vibrante consciencia interna", y para estimular su creatividad (su "imaginación activa", en términos Jungianos).
La sincronicidad, casualidad o serendipia, como queramos llamar a las conexiones accidentales, también representan un papel importante en el proceso creativo de Lynch. Como dice Cooper, y la historia de Twin Peaks prueba una y otra vez, "Amigos, la coincidencia y el destino figuran de forma prominente en nuestras vidas."
Un famoso ejemplo es la decisión de Lynch de recurrir a
Frank Silva, que trabajaba como decorador en TP1, para encarnar a un nuevo personaje de la serie. Después de que el reflejo de Silva apareciera por accidente en la filmación (ver debajo), se convirtió en la personificación de la entidad maligna conocida como Bob, responsable de la muerte de Laura Palmer.
Lynch también ha reconocido que utiliza material de sus
visiones y sueños en su trabajo. Sin duda, se trata del director más
surrealista desde Buñuel: continúa con la idea original del movimiento, llevar la narrativa basada en los sueños a la literatura, la pintura y el cine para poner en cuestión la naturaleza de la realidad.
El ejemplo más extremo de surrealismo en Lynch puede ser "Inland Empire", que el director fue
improvisando a partir de sus sueños diarios. Lejos de ser secundarias, las escenas de pesadilla en Eraserhead, Mulholland Drive, Lost Highway y Twin Peaks nos presentan participantes esenciales de la historia y nuevas verdades que la impulsan adelante. Los
sueños de los protagonistas, como el agente Dale Cooper del FBI, dan a la audiencia y a los personajes acceso a un nivel más profundo de comprensión, pero también abren nuevos enigmas.
A pesar de nuestra inclinación innata a buscar símbolos y significados, una visión en la obra de Lynch puede no ser más que una visión, una rendija en el muro que oculta el océano inconsciente a nuestra vista; puede interpretarse de muchas formas sin agotar nunca su significado.
La escena de la oreja encontrada por un joven Cooper, quiero decir, MacLachlan, en "Terciopelo azul (Blue Velvet)" se basa en una visión que tuvo Lynch. ¿Es, por tanto, necesario que esta oreja tenga un significado determinado?
Philip K. Dick, no buscaba voluntariamente ni disfrutaba de sus pesadillas y visiones. Eran invasiones inoportunas en una vida ya de por sí complicada. A causa de ellas, Dick llegó a dudar de su cordura. Pensaba que quizás tuviera esquizofrenia u otra condición psicótica, pero los doctores con los que lo consultó rechazaron la idea. Probablemente pensaron que Dick simplemente tenía una excepcional "imaginación activa".
Al igual que
Lynch, Dick
no necesitaba (ni quería)
drogas alucinógenas que le abrieran dimensiones visionarias. Es cierto que su predisposición natural (algunos especulan que pudiera haber sufrido de
epilepsia del lóbulo temporal, que puede producir experiencias místicas) podría haberse agudizado por el uso de anfetaminas (para mantenerse despierto durante sus largas sesiones de escritura). También utilizó otras drogas como speed y mescalina. Sin embargo, tomando prestada la expresión de Aldous Huxley, las "puertas de la percepción" habían estado abiertas para Dick mucho antes de su uso recreativo de las drogas al final de los sesenta, descrito de manera memorable en "Una mirada a la oscuridad (A Scanner Darkly)". Esas puertas se abrieron mucho más en los años setenta, cuando él ya no tomaba ninguna sustancia.
Las experiencias alucinatorias de Dick alcanzaron su culmen durante Febrero y Marzo de 1974 en una
serie de visiones que incluyeron un láser de color rosa disparando información a su cabeza para informarle de un defecto congénito mortal en su hijo y de la próxima venida de un salvador divino a la Tierra, entre otras sorprendentes revelaciones.
Había una gran diferencia con Lynch en la forma en que Dick reaccionaba a sus visiones. Creía que
tenían que tener una explicación racional y lógica, y sufría buscando la razón y el origen de los mensajes que alguien o algo le enviaba. Durante su agotadora exploración, discutió un número inagotable de teorías con sus amigos y expuso muchas de ellas en sus libros, especialmente después de 1974. En algunas ocasiones, Dick favorecía las explicaciones "científicas" (un experimento secreto de control mental, o una transmisión enviada por seres alienígenas que intentaban comunicarse), luego, al día siguiente, estaba convencido de haber sido contactado por una entidad divina que venía a traer la salvación última a la humanidad, o bien a esclavizarla.
Cuando Dick murió en 1982, dejó unas 8.000 páginas (su "
Exegesis") detallando innumerables teorías para sus visiones, explicaciones que bebían de la teología, la cosmología y las tradiciones místicas y ocultistas. Extractos de estos diarios fueron publicados en 2011.
Una fuente especial de inspiración para Dick, apuntada por Lawrence Sutin y otros biógrafos, fue la presencia interior de su hermana gemela. Jane murió solo unas pocas semanas después de su nacimiento, y Phil siempre creyó que ella continuaba viviendo dentro de él. Solía escuchar su voz mientras escribía. Con el tiempo, está dualidad adquirió una dimensión cósmica ligada a las ideas gnósticas: todo el universo era un proyecto fallido porque uno de los gemelos cósmicos que lo formaron no había podido materializarse como un ser independiente y sano.
Entre Lynch y Dick hay una diferencia fundamental de tono: mientras el primero acepta felizmente la existencia de dimensiones inconscientes en la realidad y las ve como una herramienta para enriquecer nuestras vidas, Dick interpreta este pozo de significados ocultos como prueba de que el mundo que nos rodea es falso, una alucinación compartida.
El lado oscuro de los objetos cotidianos
Una técnica perturbadora, utilizada tanto por Lynch como por Dick para mostrarnos los límites de nuestra realidad convencional, es la transformación de los objetos cotidianos. Por ejemplo, en TP2, después de la súbita muerte de Josie Packard, su espíritu parece quedar atrapado dentro del tirador de madera de un cajón.
Los cables eléctricos y el famoso
poste número 6 sirven de presencias amenazadoras en TP desde "Fuego camina conmigo (Fire Walk with Me)".
El papel de la
electricidad en la mitología de Twin Peaks quedó reforzado en TP3. Cuando Cooper regresa de la Habitación Roja para sustituir a Dougie Jones, aparece a través de un enchufe eléctrico.
En las historias de Dick, los objetos cotidianos también se utilizan como conexiones a una dimensión perturbadora. Una de sus novelas más "Lynchianas", "
Tiempo desarticulado (Time Out of Joint)" (1959) nos cuenta cómo la realidad del protagonista, Ragle Gumm, se descompone comenzando por algunos objetos ordinarios. Por ejemplo, un mostrador de refrescos desaparece y es reemplazado por una tira de papel con el texto "mostrador de refrescos" (
aquí puede comprarse una camiseta inspirada en esta escena).
En la misma novela, el protagonista sospecha que algo anda mal cuando una noche se despierta y encuentra que el cordel que enciende la luz de su baño ha desaparecido. Todo el mundo le asegura que nunca ha existido, que siempre hubo un interruptor de la luz en la pared. Este episodio está basado en una extraña experiencia que Dick vivió en su casa. Nunca consiguió saber porqué el cordel que recordaba se había transformado en un interruptor.
En "Ubik" (1969), una de las novelas más apreciadas de Dick, de nuevo se desmorona la realidad de los protagonistas, y solo un misterioso elixir puede restaurarla. Los personajes podrían salvarse si consiguieran la maldita cosa, que aparece en anuncios publicitarios camuflada como café instantáneo, espray multiuso o píldoras analgésicas.
Saltando en el tiempo y en el espacio
Algunos motivos se repiten a lo largo del universo de Lynch, haciéndonos sentir que todas las partes de su obra están conectadas por hilos invisibles.
Más allá de estos motivos repetidos, una característica distintiva de la narrativa visual de Lynch es la yuxtaposición de diferentes líneas temporales. Frecuentemente, no es posible saber si una escena pertenece al futuro o al pasado, una duda que escuchamos en la Habitación Roja de Twin Peaks. Gracias a esta incertidumbre, aunque los actores vayan envejeciendo Lynch ha conseguido crear una
línea temporal circular o espiral en la historia de TP.
Para complicar aún más las cosas, el tiempo podría funcionar de forma diferente en distintos ámbitos. Aparentemente, el Gigante/Bombero y la Señorita Dido crean a Laura Palmer después de presenciar el alumbramiento de Bob, pero esto parece suceder muchos años después de la fecha original. La lógica temporal de Twin Peaks está llena de paradojas, aún más confusas porque, como veremos, la multiplicidad temporal se combina con una multiplicidad de identidades.
Esta doble confusión del tiempo y la identidad es evidente en el final de TP3 cuando Cooper y Diane (o sus tulpas) cruzan el punto de las 430 millas en la carretera y saltan a otro espacio/tiempo hasta llegar a un motel. Cuando Cooper (¿o es Richard?) sale de la habitación a la mañana siguiente, no solo ha cambiado el año (el coche y el motel son más modernos) sino que probablemente también lo ha hecho su identidad.
Desde que Lynch utilizó a propósito la superposición temporal en Inland Empire y la sugirió en otras películas como Mulholland Drive, muchos aficionados buscan otras evidencias de esta superposición o sincronización. Por ejemplo, una de las muchas teorías que han aparecido tras el final de TP3 se basa en la idea de que
los dos últimos episodios deben verse de forma sincronizada.
Philip K. Dick también hizo viajar a sus personajes con frecuencia a lo largo de la misma línea temporal o a otras alternativas. En "Los tres estigmas de Palmer Eldritch (The Three Stigmata of Palmer Eldritch)" (1965), uno de sus libros más pavorosos (Dick fue incapaz de leerlo una vez terminado), el protagonista lucha contra un magnate maligno (Eldritch), quien ha desarrollado una droga que transforma la realidad en una alucinación compartida que él puede controlar. Durante la confrontación, el protagonista viaja a un posible futuro y luego regresa al pasado. Al igual que en las obras de Lynch, encontramos una combinación de desplazamientos temporales, universos alternativos y mezclas de identidades, ya que tanto el protagonista como Eldritch habitan otros cuerpos para escapar y confundir a su adversario.
En "Aguardando el año pasado (Now Wait for the Last Year)" (1966), la peligrosa droga alucinógena del momento (llamada JJ-180) provoca que su consumidor viaje en el tiempo y a líneas temporales alternativas, creando un juego de engaños que se extiende a través de varias dimensiones.
La idea central de "Fluyan mis lágrimas, dijo el policía (Flow my Tears, the Policeman Said)" (1974) es muy similar. Una droga experimental que distorsiona la realidad, llamada KR-3, transporta al protagonista (un famoso cantante) a una realidad alternativa donde él no existe (¡una experiencia traumática para alguien tan popular!). Sin embargo, después de que el consumidor de la droga muere, el protagonista vuelve a su realidad original.
El universo como sueño o alucinación
Los sueños son muy importantes en la narrativa de Lynch, y no solo como elemento argumental. La distinción entre lo que es un sueño y lo que es real se desdibuja con frecuencia, hasta el punto en que las dos opciones se vuelven indistinguibles.
El tema del sueño es ubicuo en "
Mulholland Drive" (el lema que Lynch escogió para la película fue "Una historia de amor en la ciudad de los sueños"), y se convierte en el punto de partida para muchas interpretaciones que intentan dotar de sentido a la historia.
“He estado en una de sus reuniones”, dice el reaparecido agente Philip Jeffries a sus colegas del FBI en una de las escenas eliminadas de "Fuego camina conmigo", reutilizada en TP3. “Fue arriba de una tienda de conveniencia. Era un sueño.
Vivimos dentro de un sueño”, concluye.
A medida que la serie progresaba, lo que parecía una investigación criminal ha sido "invadida" por dimensiones paralelas que inicialmente solo veíamos en sueños: la Logia, la fortaleza del Gigante/Bombero y otras localizaciones pobladas por máquinas de extrañas formas que actúan como conexión entre las piezas de la narración.
"Somos como el soñador que sueña, y entonces vive dentro del sueño. Pero, ¿quién es el soñador?", dice Monica Bellucci a Gordon Cole/David Lynch en su propio sueño (TP3E14). De nuevo encontramos la combinación de dos preguntas: la naturaleza de la realidad y el problema de la identidad personal, ambas favoritas de Lynch y Dick.
Sabemos el origen de la frase de Bellucci. Al comentar sobre la omnipresencia del tema de los sueños en "Inland Empire", Lynch citó un texto clásico del misticismo, el
Brihadaranyaka Upanishad: "Somos como la araña. Tejemos nuestra vida y luego nos movemos a lo largo de ella. Somos como el soñador que sueña y entonces vive en el sueño. Esto es cierto para el universo entero".
La naturaleza onírica de la realidad de Twin Peaks es afirmada de nuevo por Dale Cooper en el capítulo final de TP3, pero la cuestión de quién es el soñador permanece. Quizás el soñador tiene el rostro de Cooper, superpuesto de forma fantasmal en esta escena, o quizás cada miembro de la audiencia es quien sueña.
De vuelta a Philip Dick, ya hemos visto que las realidades alternativas son un tema común. En muchos casos, su protagonista averigua que vive en un mundo ficticio, una ilusión. "Tiempo desarticulado" es un claro ejemplo. El 1959 en que Gumm vive solo es una tapadera, un decorado construido para su beneficio, como la falsa ciudad de "El show de Truman". La verdadera realidad que encuentra más allá es un mundo futurista en el que la Tierra sufre terribles ataques nucleares desde las colonias lunares rebeldes.
En "
Laberinto de muerte (A Maze of Death)" (1970), catorce colonos son asignados a un extraño planeta, donde se encuentran sin comunicaciones ni ayuda de ningún tipo. Allí mueren uno por uno mientras intentan resolver los misterios de la colonia. En realidad los colonos sufren esta odisea en una simulación de realidad virtual, donde intentan escapar de otro tormento: son la tripulación de una nave espacial a la deriva, sin esperanza de ser rescatados. Pero han llevado su angustia y desesperación al interior de la simulación.
La idea de una "falsa realidad" es ahora un lugar común, gracias a películas como "Matrix", pero Dick, al igual que Lynch, va más allá de una clara distinción entre verdadero y falso, entre el sueño y la realidad.
En su galardonada ucronía "
El hombre en el castillo (The Man in the High Castle)" (1963), vemos un mundo alternativo en el que el Reich alemán y Japón han ganado la Segunda Guerra Mundial y el territorio de los Estados Unidos se ha dividido entre las potencias ocupantes. Lo que es más interesante es que, dentro de este mundo, hay lugar para su propia historia alternativa, narrada en un libro que se llama "El saltamontes se ha posado (The Grasshopper Lies Heavy)", en el cual el Eje perdió la guerra. Sin embargo, hay diferencias significativas entre la versión del "Saltamontes" y los eventos históricos que conocemos. Parece que al menos hay tres posibles líneas históricas, o más. En la novela no se presenta una conclusión. No averiguamos cuál de los universos es el "real".
Algunas de las visiones de 1974 transportaron a Dick a los tiempos de los primeros cristianos, mientras luchaban contra la persecución de las autoridades romanas. En ocasiones, el escritor llegó a ver una superposición del paisaje californiano donde vivía con el de la antigua Roma. Esto le llevó a especular que ambos momentos históricos podían ser, de alguna manera, paralelos, y que las mismas fuerzas del bien y del mal se habían estado enfrentando desde siempre, un conocimiento que resumió con la frase "
El Imperio nunca tuvo fin".
Intrusiones malignas
La obra de Lynch está llena de figuras humanas malvadas: sangrientos asesinos, psicópatas maridos abusadores y jóvenes desgraciados que van en la dirección equivocada. Pero también hay otra especie maligna totalmente diferente, la de las entidades que invaden nuestra realidad desde otras dimensiones.
En algunas ocasiones no está del todo claro si estas presencias pretenden hacer el mal o no, pero desde luego dan miedo, como la vagabunda en "Mulholland Drive".
Desde "Cabeza borradora (Eraserhead)", podemos ver criaturas horribles adentrándose en la vida "normal" de los personajes y a veces tomando el control de sus cuerpos.
En Twin Peaks vamos descubriendo a un conjunto de seres de forma humana que llegan a nuestro mundo cotidiano para causar problemas. Aquí tenemos a Bob y algunos de sus colegas reunidos sobre la
tienda de conveniencia.
TP3 nos presentó a un grupo llamado los
Leñadores (Woodsmen). Pueden moverse con facilidad entre mundos para reparar al Cooper malo cuando muere, para matar a los testigos de sus fechorías o (en el famoso episodio 8) para ayudar a otro "invasor" cerca del lugar de la prueba atómica de Nuevo Méjico.
En el E8 también podemos echar un vistazo a
Judy, la más poderosa y malvada entidad conocida por los agentes del grupo que investiga los casos de la Rosa Azul en el FBI. Bob es visible entre el "vómito" que sale de la boca de este ser de forma humanoide.
Esta Judy puede ser la misma entidad que apareció en el
Ático de Nueva York y mató de manera salvaje a la pareja allí presente.
Incluso la inofensiva Sarah Palmer, madre de Laura, parece estar ahora también poseída por un ser agresivo, al que vemos cuando se quita una máscara facial.
Dick experimentó intrusiones malignas como parte de sus episodios paranoides. Las personas a su alrededor, con frecuencia una de sus mujeres, podían convertirse en seres infernales empeñados en destruirle.
En una de sus historias tempranas, "
El padre-cosa (The Father Thing)" (1954), un niño ve cómo su padre ha sido reemplazado por una entidad alienígena, una premisa común a otras obras de ficción de la época (como la "Invasión de los ladrones de cuerpos"), pero que es relatada de una forma especialmente emotiva por Dick, igual que Lynch hace con la posesión del padre de Laura.
Entre sus visiones paranoides, una hizo que Dick se asustara mucho: vio un ojo gigantesco que le observaba desde el cielo, una presencia malvada que parecía controlar y espiar nuestra realidad. Philip corrió a casa horrorizado y buscó una respuesta tanto en la religión tradicional como en la más heterodoxa (¿Era esta entidad el demiurgo gnóstico?). Desde este momento, interpretó muchas tragedias de su vida como intervenciones de un dios maligno (desde la muerte de su gato hasta el fallecimiento
en el desierto de Judea de su buen amigo el obispo episcopaliano James Pike).
En la novela "
Ojo en el cielo (Eye in the Sky)" (1957), los protagonistas sufren un accidente en un acelerador de partículas y se levantan en un mundo insólito que resulta ser la realidad privada de un fanático religioso, y, por tanto, dominado por un dios vengativo.
Ya hemos mencionado "Los tres estigmas de Palmer Eldritch". Según el relato del propio Dick, el aspecto terrorífico y los temibles poderes de Eldritch se basaron en su visión del ojo en el cielo. Palmer (un nombre familiar para los fans de Twin Peaks) puede controlar la realidad que rodea a sus enemigos, utilizando una droga adictiva. Su objetivo final es esclavizar a toda la humanidad en un mundo de su propia creación, para reinar sobre ellos como un dios omnipotente.
La sombra del yo
Una cuestión recurrente en la obra de Lynch, y un artificio narrativo que utiliza con frecuencia, es la naturaleza fluida de la identidad personal. "Mulholland Drive" es un ejemplo obvio. La mujer morena que vemos al principio ha perdido su memoria, no recuerda su verdadera identidad. Una rubia aspirante a actriz la ayuda, pero más tarde vemos a esta mujer rubia levantarse con una identidad diferente. Muchas interpretaciones de la historia sugieren que es ella quien ha estado soñando todo lo que hemos visto hasta ahora. No es el único cambio de identidad en el mismo film.
El juego de identidades y saltos temporales de Mulholland Drive, como los giros en "Carreta Perdida (Lost Highway)", pueden estar basados en la idea de
fuga psicogénica. Como explica Lynch, "La persona que la sufre crea en su mente una identidad completamente nueva, nuevos amigos, una nueva casa, todo nuevo —olvidan su identidad anterior". Este fenómeno resulta ser otro fértil terreno desde el cual el director puede extraer interminables rompecabezas para nuestra sorpresa y disfrute.
Con Twin Peaks, Lynch ha creado toda una mitología basada en la replicación de cuerpos que pueden compartir (o no) su identidad.
Estos clones se llaman doppelgangers y tulpas en el argot de
Twin Peaks. El concepto Lynchiano de doppelganger como gemelo maligno sigue el arquetipo Jungiano de la sombra (Mr. Hyde frente al Dr. Jekyll), y es diferente al significado original del término alemán. A su vez, el concepto de tulpa está tomado del misticismo tibetano (conocido para Lynch), una emanación espiritual conjurada a través de la meditación, que puede llegar a sentir y ser físicamente autónoma.
El clímax de las confusiones de identidad en TP se alcanza en el episodio final, en el cual podemos ver a los tres "Coopers" más, quizás, un cuarto llamado Richard. Lo mismo sucede con Diane. Ella es el segundo personaje después de Cooper que ve cara a cara a una de sus réplicas (¿Es Linda la que ve fuera del coche o la que mira desde el interior?).
El problema de la identidad era también esencial para Philip K. Dick, ligado con frecuencia a la existencia de
androides de apariencia humana. Se obsesionó con este tema tras ver un autómata de Lincoln en Disneylandia, y comenzó a pensar en la distinción entre los humanos reales y los artificiales, dándose cuenta de que la diferencia no sería siempre tan fácil de detectar (a no ser que utilizáramos una
máquina Voight-Kampff).
Dick exploró el problema de los androides, o simulacros, en varias novelas, con especial énfasis en "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (Do Androids Dream of Electric Sheep)" (1968), que fue libremente adaptada en la película "Bladerunner" (donde los androides se llaman "replicantes").
La conclusión de Dick fue que los androides podrían ser tan humanos como la gente normal si tuvieran recuerdos y empatía. Por otra parte, los humanos sin "corazón" pueden comportarse como androides, como hicieron los Nazis. Así, en "¿Sueñan los androides...?" los modelos avanzados se dotan de falsos recuerdos para hacerles creer que son realmente humanos (Rachel), abriendo la discusión sobre cómo alguien puede estar realmente seguro de que no es un androide (
Deckard), un tema que ya había abordado en sus cuentos de los años 50, "Impostor" y "La segunda variedad (Second Variety)".
Muchas otras historias escritas por Dick utilizan el concepto de
falsos recuerdos. En "Podemos recordarlo por usted al por mayor (We Can Remember It for You Wholesale)" (1966), que se adaptó en la película "
Desafío total (Total Recall)", un conserje desea vivir una aventura en Marte, y acaba envuelto en una conspiración digna de James Bond (¿O se trata solo de una experiencia virtual por la que ha pagado?). En medio de su posible alucinación, aparece un psiquiatra para convencerlo de que todo es una ilusión, pero el protagonista no se lo traga.
La película utiliza otra de las ideas persistentes de Dick: una consciencia independiente puede estar compartiendo tu propio cuerpo (recordemos que Dick creía que su hermana gemela muerta vivía en su interior). El rebelde Kuato se esconde así de los agentes enemigos.
En "El doctor Moneda Sangrienta (Dr. Bloodmoney)" (1965), Hoppy Harrington sobrevive sin brazos ni piernas en una California postapocalíptica y se convierte en un pequeño dictador después de averiguar que tiene poderes telequinéticos. Una niña, Edie, se enfrenta a él. Tiene un hermano gemelo, Bill, que habita en su cuerpo como un feto sintiente, también con extrañas facultades. Harrington utiliza sus poderes para sacar a Bill al exterior y matarlo, pero el feto consigue intercambiar su cuerpo moribundo con el de Harrington.
En "
Una mirada a la oscuridad (A Scanner Darkly)" (1977), basada en el período en que Dick adoptó la cultura de las drogas de los sesenta, el protagonista es un agente de narcóticos que esconde su verdadera identidad de los demás agentes para infiltrarse entre un grupo de drogadictos. Sin embargo, tras probar la sustancia D, una droga peligrosa, comienza a confundir sus dos identidades, tratándolas como a diferentes personas.
El último libro en el que Dick trabajó antes de su muerte se titulaba "
The Owl in Daylight". Su idea para el argumento involucraba un compositor de música mediocre que, de repente, se convierte en un genio gracias a la invasión de su mente por un ser extraterrestre. El alienígena viene de un planeta sin concepto de sonido, y por ello siente la música como una suprema experiencia mística (a Lynch le encantaría la idea). En un giro Faústico, el compositor averigua que la presencia del alienígena, aunque le transforma en un gran artista, también le está consumiendo, llevándole hacia la muerte. Debe, por tanto, elegir entre la vida y el arte.
La confusión de identidades a veces alcanzó al propio Dick, borrando aún más la distinción entre su literatura y su biografía.
En "Una mirada a la oscuridad", Dick reconoció el contexto autobiográfico de la novela añadiéndose a sí mismo en la trágica dedicatoria final.
Un ejemplo más claro aparece en una de sus últimas novelas, y seguramente la más personal, "
SIVAINVI (VALIS)" (publicada en 1981). En el libro, Dick recrea su búsqueda desesperada de una explicación a las visiones de 1974, discutiendo muchas hipótesis con sus amigos como hizo en la realidad. Lo mas fascinante es que él, Phil Dick, aparece como uno de los personajes, un miembro de la pandilla, un escritor de ciencia ficción moderadamente exitoso, pero que permanece casi siempre en silencio. En el libro, Dick tiene un doppelganger: Amacaballo Fat. Es él quien tiene locas alucinaciones y enuncia las absurdas teorías de las que sus amigos se ríen. En un momento dado, Sofía, una niña que podría ser una encarnación divina, les revela a Fat y a Dick que los dos son la misma persona. Un patrón idéntico se utiliza en "Radio libre Albemuth (Radio Free Albemuth)" (una versión temprana de VALIS, escrita en 1976).
No me sorprendería nada que, en algún momento del futuro (o del pasado) en la saga de Twin Peaks, una presencia de otro mundo nos confiese que David Lynch y Gordon Cole son la misma persona.
La fallida salvación
Ni Lynch ni Dick son partidarios de finales cerrados y felices. Los problemas de sus protagonistas no encuentran una resolución o una explicación; difícilmente podemos hablar de que el
arco de sus historias tenga un final. Los planes para encontrar una salida de sus pesadillas nunca funcionan como se espera. La salvación parece estar cerca, pero les elude.
¿Cómo podría ser de otra manera, dado el carácter "desarticulado" de las visiones de la realidad que hemos descrito?
Si nos centramos en la saga de Twin Peaks, la película "Fuego camina conmigo" presenta una escena final de aparente felicidad. Laura ha soportado duras torturas y el intento de posesión de Bob, que la llevó a utilizar la muerte como única vía de escape. Tras esta odisea, es reconfortada por Dale Cooper en la Habitación Roja. Entonces un ángel se le aparece y podemos ver lágrimas de alegría fluyendo por su rostro sonriente.
Este aparente final funciona como contrapunto al terrible destino de Dale Cooper, que vio cómo su horrible gemelo regresaba al mundo exterior en su lugar.
En el final de TP3, después de la aparente derrota de su doppelganger, Cooper continúa su misión principal: salvar a Laura Palmer. Para hacerlo tiene que volver atrás en el tiempo, a la noche en la que Laura muere. Aunque consigue cambiar el pasado, ella desaparece de su mano mientras se acercan a la Logia.
Como si Cooper hubiera sido asignado a un caso que se expande a través de infinitas líneas temporales, regresa otra vez para encontrar a una nueva "Laura" bajo una identidad diferente, en un mundo diferente, de nuevo perdida en las turbulentas aguas del crimen. Esta Laura es llevada por Cooper hasta la ciudad de Twin Peaks para enfrentarse a su pasado en la casa de los Palmer. Inicialmente, parece no haber conexión con la línea temporal original, pero una pregunta de Cooper ("¿En qué año estamos?") y una llamada familiar abren de nuevo las compuertas del terror.
Lynch crea un rompecabezas hecho de piezas de diferentes historias posibles y personajes dotados de identidades múltiples, todo ensamblado con elementos simbólicos en un argumento que no fluye con un tiempo lineal, sino que gira en una estructura
cíclica y multidimensional más cercana a la
cosmología oriental.
En su "Exégesis", Dick concluye que el equilibrio entre los gemelos cósmicos originales, masculino y femenino, se rompió con el fallido nacimiento de la mitad femenina (una sublimación de su gemela Jane). Roto el equilibrio, el universo se convierte en terreno para la lucha entre el bien y el mal, que se enfrentan simultáneamente en diferentes momentos de la historia interconectados entre sí.
Por ejemplo, en la mente de Dick, Richard Nixon era un representante del Imperio del mal que nunca tuvo fin. Ferris F. Freemont, el presidente estadounidense en su distopía "Radio libre Albemuth", está basado en Nixon.
Como se comentó, "SIVAINVI (VALIS)" es una recreación conmovedora de la angustia de Dick por el dominio del mal en el mundo y en su vida. Hasta sus últimos días, Philip creyó en la nueva venida de un salvador eterno que aparecería en momentos críticos de la historia. VALIS nos habla de la búsqueda de este ser salvador. En el libro toma la forma de una niña pequeña que muere en un accidente, reproduciendo una vez más la tragedia sin fin de la mitad femenina del universo.
Idéntico ciclo se repite en "La invasión divina (The Divine Invasion)" (1981), inicialmente titulada "VALIS regained". En esta novela encontramos de nuevo sueños, universos paralelos, y varias personificaciones de la salvadora femenina y su maligno antagonista.
El veredicto de Dick en este libro, el último que vio publicado, es que en todas las líneas temporales, y para cada uno de nosotros, hay una decisión personal que tomar, una decisión puede resultar en la tan deseada salvación o en su eterno aplazamiento.
¿Y qué sucede con la cósmica mitad femenina de Twin Peaks? ¿Encontrará Laura Palmer alguna vez su salvación? Es posible que su lucha nunca tenga fin.